Sonia Delaunay: moda, color y armonía

De la pintura al simultaneísmo: Sonia Delaunay, el color que también se vive

Hoy, 5 de diciembre, recordamos a Sonia Delaunay en el aniversario de su fallecimiento (05.12.1979). Y lo hacemos desde un lugar privilegiado: un museo donde moda, arte y automóvil dialogan, tal y como ella soñó. Porque aunque solemos asociar a Delaunay con la pintura, su universo creativo iba mucho más allá del lienzo. Sonia vestía sus colores, tejía su geometría y los llevaba a la vida cotidiana.

El color es la piel del mundo”, decía. Y para ella, cada diseño, ya fuese un vestido, un tejido o incluso un coche, era una extensión natural de su obra pictórica.

El nacimiento del simultaneísmo

Influenciada por el expresionismo alemán y el fauvismo, Sonia Delaunay expuso por primera vez en París en 1908. Ese mismo París donde conocería a su segundo esposo, Robert Delaunay, con quien exploraría un nuevo lenguaje artístico: el simultaneísmo.
Un movimiento que buscaba crear armonía y dinamismo a través de la interacción del color. Formas geométricas, contrastes vibrantes y ritmos cromáticos que se convertían en auténtica poesía visual.

Como ella misma afirmaba:
“La pintura es una forma de poesía: los colores son palabras, sus relaciones son ritmos, la pintura terminada es un poema terminado”.

Su inquietud la llevó a sacar este lenguaje del cuadro y llevarlo al textil. Primero en 1911, con una colcha de patchwork creada para su hijo, considerada su primera obra abstracta, y luego en 1913 con el que sería su primer vestido simultáneo.

Cuando la moda se convierte en un universo total

A partir de ese momento, Sonia comprendió la moda como un sistema completo. No diseñaba prendas aisladas: creaba conjuntos totales en los que vestidos, sombreros, bolsos, guantes e incluso coches compartían el mismo ritmo cromático.

Durante su estancia en España y Portugal fundó Casa Sonia, con tiendas en Madrid, Barcelona, Bilbao y San Sebastián, acercándose aún más a la industria textil. A su regreso a París abrió Simultané, la boutique donde consolidó su estilo y vistió a la élite parisina.

Un dato curioso: compartía este espacio con Jacques Heim, creador del famoso “átomo”, precursor del bikini.

Un icono del MAM: moda, arte y automóvil

En 1925, Delaunay y Heim participaron juntos en la Exposición Internacional de Artes Modernas, Industriales y Decorativas. De esta colaboración nace una de las imágenes más emblemáticas relacionadas con nuestra colección: dos modelos posando con abrigos diseñados por Delaunay junto a un coche pintado a juego con sus motivos geométricos.

Se considera uno de los primeros ejemplos del movimiento “art car”, un concepto revolucionario para su época. La artista continuó explorando esta idea con otros automóviles —como un Bugatti y un Matra—, convirtiendo la carrocería en un “lienzo móvil”.

Su impacto alcanzó tal magnitud que apareció en la portada de Vogue en enero de aquel mismo año, ilustrada por Georges Lepape.

Multidisciplinar y pionera

A lo largo de la década de 1930, Sonia Delaunay también se adentró en el mundo del diseño gráfico con carteles y encargos públicos. En la Exposición Internacional de París de 1937 recibió, junto a Robert, la medalla de oro por la decoración del Pabellón de los Ferrocarriles.

Y en 1946, hizo historia al convertirse en la primera mujer viva en exponer en el Louvre con una retrospectiva de su obra.

Visítala en el Museo del Automóvil y la Moda

Ahora ya lo sabes: cuando recorras el Museo del Automóvil y la Moda de Málaga y te encuentres con nuestro Unique L2 dedicado a Sonia Delaunay, estarás frente a un testigo directo de una artista que rompió fronteras entre disciplinas.

Sonia Delaunay entendió la pintura, la moda, el diseño y la automoción como un mismo lenguaje.
Su legado sigue recordándonos algo fundamental:

El color no solo se mira… el color también se vive.

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