El fenómeno Hot Rods, una forma de vida

Las tendencias, como en todos los grandes sectores, están muy presentes en el mundo del automóvil, y el fenómeno Hot Rods es uno de lo que más influencia ha tenido a nivel social y económico, ¡y por ello está representado en nuestro museo!

Hot Rods, los orígenes

Aunque durante las décadas de los años 20 y 30 ya se habían empezado a customizar coches, no fue hasta la década de los 40 cuando este fenómeno tomó por completo las calles. No todo el mundo podía permitirse adquirir los nuevos y veloces vehículos del mercado, por lo que modificaban los antiguos para convertirlos en prototipos de competición (una competición que, por cierto, era callejera).

¿En qué consistían estas modificaciones? Por lo general, los coches que se utilizaban de base para crear estos modelos futuristas y extravagantes eran de la marca Ford, ya que en aquel entonces eran muy económicos debido a su sistema de producción en cadena y tenían estructuras que se prestaban relativamente fácil al cambio.

Los Hot Rods eran coches antiguos llenos de color y de detalles, a menudo sin paragolpes ni techo, con motores extremadamente potentes y neumáticos traseros sobredimensionados para lograr una mayor aceleración.

Uncertain-T-2, un mítico modelo entre los Hot Rods

Revolución social

Customizar coches los fines de semana, pasear con ellos por las calles para llamar la atención y hacer peligrosas carreras por las calles fue la afición de muchos jóvenes americanos durante los años 50. Vestían chaquetas de cuero, escuchaban Rock & Roll y leían las revistas que, cada vez más, se interesaban por este tipo de coches tan extravagantes.

Claramente no se trataba de una moda pasajera, y muestra de ello es la fundación de la National Hot Rod Association (NHRA) en 1951, la legalización de las carreras en entornos más controlados y la proliferación de publicaciones especializadas.

Fue una década brillante para los Hot Rods, pero en los 60 la burbuja explotó. Surgió una nueva categoría de coches, los Muscle Cars, que los eclipsaron, y después llegaron los Pony Cars, sus versiones más pequeñas.

Pero como todos sabemos, las modas son cíclicas, y a principios de los 90 hubo un resurgimiento de los Hot Rods, pero con una categoría mucho superior. Ya no eran coches baratos transformados, ni estaban al alcance de todos, se convirtieron en artículos de lujo y colección.

Fotograma de la película Iron Man, donde aparece un Ford estilo Hot Rods muy similar a nuestro modelo

Hot Rods en el MAM

Como decíamos al principio del post, el Museo del Automóvil y la Moda de Málaga dedica un espacio muy especial al fenómeno Hot Rods con piezas exclusivas y transformaciones imponentes.

Si quieres disfrutar de estas auténticas obras de arte y de los casi 100 vehículos clásicos que alberga el museo, ¡compra aquí tu entrada!

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